La orgía sexual de las saturnales paganas y la Navidad tienen raíces comunes
La orgía sexual y la Navidad. Quizás se pregunte qué pueden tener que hacer, un acto totalmente lujurioso como una orgía sexual y Navidad. Si tienes la paciencia para leer este artículo, encontrarás que hay varias coincidencias que surgen precisamente de los eventos orgiásticos que tuvieron lugar en la antigua Roma y en todo el Imperio Romano. De hecho, debes saber que la fiesta más sentida por los antiguos romanos y los pueblos que formaban parte del Imperio, era la fiesta de las saturnales. Es un período de celebración que se dedicó al segundo de los dioses, en importancia. El mismo Dios Saturno del que las saturnales tomaron su nombre.
La fiesta pagana por excelencia
Era una fiesta que comenzaba en el solsticio de invierno, correspondiente a nuestro 17 de diciembre. Una fiesta que duraba días hasta el 25 de diciembre. Una fiesta muy sentida en el antiguo Imperio Romano. Durante las festividades de las saturnalias había abundancia de comida, así como la compra de bienes y obsequios para regalar a familiares y amigos. Estas fiestas culminaban los días 24 y 25 de diciembre. En ese momento todo estaba legitimado por la tradición. De hecho, además de gastar mucho dinero haciendo compras y obsequios a las personas más cercanas, también se disfrutaba demasiado con el sexo.
Sexo en el antiguo Imperio Romano
Tenemos que colocar esto en una especie de actitud que fue completamente diferente a la actitud sexual que vino después. De hecho, la sexualidad se consideraba algo normal y natural en todos sus aspectos. Comencemos diciendo que aprovechar los encuentros homosexuales se consideraba normal y que no afectaba la masculinidad. Lo mismo era con la mujer. Por tanto, tener relaciones sexuales con personas del mismo sexo no se consideraba algo despectivo. Del mismo modo que no se consideraba despectivo utilizar la propia sexualidad con personas especialmente jóvenes. Que hoy definiríamos como menores.
El cambio de costumbres sexuales
Como vemos, estamos en un contexto completamente diferente al contexto social actual. Alrededor del 330 d.C., el cristianismo aún no estaba tan extendido como lo está hoy. Era una religión que compartía los intereses de las poblaciones con otras religiones. Fue en ese momento que el cristianismo decidió hacer suyo este extraordinario evento, que fueron las saturnales. Por tanto, se decidió hacer coincidir el nacimiento de Nuestro Señor con el período de las saturnales. En consecuencia, el nacimiento de Jesús Cristo fue colocado intencionalmente en el período final de las saturnales.
La orgía sexual y la Navidad: una elección estratégica
De hecho, en verdad el nacimiento de Cristo debería situarse alrededor del mes de junio. Pero el hecho de haberlo colocado en la fiesta coincidente de las saturnales, convence a ese tiempo las poblaciones de aceptar mejor esta nueva religión que era el cristianismo. Porque no deberían tener que renunciar a la fiesta más apreciada por todos los pueblos de Europa, de Oriente Medio y Norte de África. Así, la fiesta de Navidad deriva de la fiesta de las saturnales. Sin duda esta elección facilitó la expansión del cristianismo en las poblaciones que vivían en el Imperio Romano. De esta forma, sin duda se facilitó la benevolente aceptación por parte de las autoridades de la antigua Roma de esta nueva religión que era el cristianismo.
La fiesta ha cambiado de amos
Entonces en el transcurso de la historia este evento que hoy conectamos con un hecho muy importante como lo fue el nacimiento de nuestro Señor, de hecho no tiene nada que ver con el evento en sí. En cambio, es un festival pagano que simplemente ha sido absorbido por el cristianismo por conveniencia estratégica. Casi todos los aspectos que forman parte de esta fiesta pagana como la abundancia de comida y las compras para personas emocionalmente cercanas, son características provenientes de las saturnales. Lo que ciertamente se ha perdido es el hecho de que estos eventos ya no tienen esos aspectos orgiásticos que los distinguían. De esta manera entendemos mejor los hábitos sociales que también han influido en la religión que ahora caracteriza a todo Occidente.
Espaguetis a la carbonara con almendras tostadas
